A modo de introduccion

Iniciamos el trabajo práctico que tendrá como eje principal a la censura vista desde otro ángulo y no desde el lugar común en el cual suele identificársela como un mero mecanismo de reivindicación al periodista.
Tomamos como punto de partida al texto de Juan Waldemar Wally, Generación Argentina de 1840, Grandeza y frustración. En él, el autor describe a una parte de los nacidos entre 1888 y 1902 como la fuente de mayores riquezas individuales de la historia argentina. Estas diferentes personalidades (políticos, artistas, escritores, pensadores) vivieron en una época de revalorización de las raíces culturales, transformación económica profunda y tenían como valor máximo a la justicia social. No obstante, la “generación de oro” no llegó a completar su ciclo histórico, su obra ha quedado trunca, según Wally, por los grandes sucesos ocurridos entre los años 1954 y 1955 que han marcado el quiebre de ésta por casi tres décadas.
Y justamente pasadas esas tres décadas es el período que tomaremos para analizar y comparar la labor realizada por la generación citada anteriormente y la de los nacidos entre 1878 hasta nuestros días.
Entre el gran abanico de áreas de actividades que ejercieron estas personas pondremos el foco en los artistas que expresaron su obra a través del humor gráfico ayer y hoy.
Recopilamos una serie de textos, videos y otros materiales alrededor de los cuales volcaremos nuestra opinión y conocimiento.

miércoles, 29 de octubre de 2008

IMAGINADORES. LA AVENTURA DE LA HISTORIETA ARGENTINA




FUENTE: Youtube

Forma de trabajo

Trabajo práctico de derecho a la información

Humor grafico y censura
(Comparando las décadas de 1940/50 con las de 1990 hasta hoy)


Hipótesis de trabajo:
El desarrollo cultural planteado por Wally se da también en el humor grafico. Y como todo movimiento que de alguna forma puede expresar más de lo que parece, se ha visto censurado en numerosas ocasiones y de diversas formas.
Actualmente con la evolución de la tecnología, se pueden observar nuevas formas de hacer humor (gráfico) y con ello ha evolucionado también la censura, aunque perduran antiguas formas de ésta. Y eso es lo que queremos dar cuenta con nuestro trabajo.

Blog: http://censurayhumor.blogspot.com/
Mail: censurayhumor@gmail.com

Forma del trabajo:

• Las entradas poseen comentarios que relacionan los textos y explicitan nuestra postura con respecto a las mismas.
• Las integrantes del grupo han hecho comentarios a algunas o a todas las entradas del Blog y en ocasiones más de un comentario. Con esto queremos hacer más evidente la nuestra opinión acerca de la libertad de expresión, ya que si alguna no piensa lo mismo o piensa algo más es libre de hacerlo a saber.
• También está organizado por fechas para ubicarlo en el tiempo
• Todos los textos poseen las fuentes, así como también se encuentran links con las páginas consultadas y recomendadas para mayor información y un espacio de Youtube que los acerca a un mini documental sobre Humor Gráfico.

Otra seccion de lo expo


Homenaje de artistas y humoristas actuales a un grande del humor grafico y la literatura argentina

"AHIJUNA... CON EL MENDIETA SE HA AGRANDÁU COMO GLOBO INFLÁU"

Foto de la expo de Caro Chinaski

domingo, 26 de octubre de 2008

Diez años vistos a traves del humor argentino (1992-2002)

La pasada década de los noventa trajo profundos cambios en la convulsionada Argentina de la hiperinflación de entonces. Por un lado, se iniciaba el segundo mandato presidencial consecutivo luego de la recuperación de la tan anhelada democracia. Por otro, al poco tiempo comenzaba una serie de transformaciones que repercutirían de manera incuestionable en la realidad de nuestro país: privatización de empresas públicas, centralización de la economía, alineamiento cada vez mayor con Estados Unidos, incremento descomunal de los índices de desocupación y de la deuda externa y un recorte feroz en los fondos del Estado y los sueldos en general, entre otras cosas.
Pero el humor gráfico local no permaneció ajeno a esto. La legendaria revista HUM®, que a fines de los años setenta había esquivado hábilmente el acoso de la dictadura y se consolidó en los ochenta como el referente del humor escrito y dibujado en la Argentina, continuó denunciando con su particular sesgo irónico todas las barbaridades perpetradas por el gobierno de turno. Pero ya no estaba sola en esta empresa: algunas publicaciones similares e incluso programas radiales y televisivos se adueñaron del estilo y opacaron su exclusividad. Esto, sumado a manejos internos poco claros y deudas contraídas con sus colaboradores, sentenciaron su decadencia y posterior muerte a mediados de la década.
Por consiguiente, la óptica del humor gráfico mayormente ya estaba inclinada hacia el lado de lo político, con especial énfasis en la inefable figura del entonces presidente Carlos Menem y sus aires de soberbia, frivolidad y sospechadas conexiones con la mafia y la corrupción. Probablemente Nik (Cristian Dzwonik) a través de sus colaboraciones y sus fotos humorísticas publicadas en el diario La Nación haya sido el abanderado de esta causa, con incursiones en la desventurada vida cotidiana del argentino, y apuntalado en otros medios por una nueva generación de humoristas que se consolidó en esos años: Kappel, Marito, El Ruso, Dani The O, Tute, Liniers, Bianfa, Costhanzo, Legal, Rovella y El Niño Rodríguez, entre otros, aportaron su cuota de renovación haciendo hincapié en la realidad social.
La libertad de prensa y el ejercicio del humor no fue el ideal en esa época. El mismo Nik fue amenazado y secuestrado en una situación muy confusa, y comediantes de teatro y televisión recibieron llamadas e intimidaciones. La perspectiva laboral se restringió mucho, y aunque la tan sobrestimada Convertibilidad lanzada en 1991 ancló el dólar a nivel del peso y otorgó una cierta estabilidad económica, el trabajo fue mermando hasta alcanzar niveles insospechados. Los gustos del argentino medio fueron cambiando también, y el placer semanal de deleitarse con el humor gráfico y escrito fue dejado de lado para dirigir la atención hacia nuevas propuestas "humorísticas" de dudoso gusto. «Es inútil gastar dinero en una revista. Si mañana puedo encender la TV y escuchar todos los chistes que quiero» Se podría haber escuchado.
Lo cierto es que con tan delicado panorama, las pocas publicaciones de humor gráfico fueron heridas de muerte. Uno de los pocos intentos en revitalizar la industria en 1998 fue La Murga, revista que evocaba el espíritu de su antecesora HUM®, que también contaba con algunos directivos y varios colaboradores de ésta entre sus filas, pero la esperanza se diluyó pronto, durando lo que un suspiro. Sólo quedó margen para la experimentación a través de fanzines y boletines de distribución menos masiva (que ya venían fogueándose hace tiempo en el circuito under), como El Garrotazo, Suélteme, Tirapia y Lápiz Japonés, con predominio de la historieta humorística; también aparecieron revistas regionales (como Salta la Risa y El Cata), que revitalizaron la gráfica del Interior [provincias interiores de Argentina], en cierta forma recogiendo el guante dejado en los ochenta por la mítica Hortensia, de la provincia de Córdoba.
El traspaso de gobierno a fines de 1999 trajo un cambio de partido político al mando, pero no de medidas. Continuó la misma política económica, y se profundizaron la desocupación, la inseguridad y la marginación social.
Se continuó fustigando la figura presidencial, esta vez del presidente Fernando De la Rúa, con sus desatinos y torpezas, a través de las secciones de humor de los principales periódicos, como el mencionado La Nación, Clarín, Página/12 (famoso diario opositor cuya ironía ya estaba plasmada en el titular de portada y su foto), La Voz del Interior, La Capital, El Tribuno, etc.
Por otra parte, varios colegas emigraron a países como España, Italia y Estados Unidos, en busca de la oportunidad laboral y el reconocimiento, dado que en el país la remuneración, como en todos los puestos de trabajo, se había tornado irrisoria. Las probabilidades de remitir colaboraciones a los medios gráficos se tornaron dificultosas, ya que las editoriales se vieron forzadas a reducir presupuestos y por consiguiente a prescindir de muchos de sus colaboradores, dibujantes incluidos, por no mencionar a las que directamente cerraban sus puertas.
Con la escasez de revistas especializadas, el auge de internet comenzó a expandir los sitios de humor autóctono, y esta nueva herramienta permitió a muchos dibujantes la posibilidad de mostrar su potencial creativo y llegar a un buen número de personas, e incluso al exterior.
Con la inminente salida del gobierno delarruista a fines de 2001, los argentinos nos vimos atrapados por el llamado "corralito" financiero, confiscándonos todos nuestros ahorros por obra y gracia del ministro Domingo Cavallo, mentor de la ya mencionada Convertibilidad cambiaria en la trasnochada etapa menemista. El humor gráfico trató de tirarnos una tabla salvadora, embistiendo nuevamente sobre nuestra triste política tercermundista, en medio del justo reclamo popular que se hizo eco en cacerolazos, marchas a Plaza de Mayo y al Congreso y en convocatorias barriales.
Además de cultivar la sátira política, el humorista gráfico argentino se preocupó por retratar con acidez la realidad diaria de la gente, sus problemas, sus ilusiones, su empleo, su castigada rutina cotidiana, haciendo énfasis en lo tragicómico de nuestra idiosincrasia, con visos de humor negro incluidos. Todo esto reforzado con un particular tinte costumbrista.
Por eso mismo, si uno tuviera que llenar el casillero de ocupación en una solicitud al final de una nutrida fila de postulantes o si en alguna charla ocasional le preguntaran por su empleo, uno bien puede responder (no sin un dejo melancólico):
«¿Yo? Argentino».

por Diego Puglisi
Artículo publicado originalmente en Tebeosfera 021005 / http://www.tebeosfera.com

La desopilane Tia Vicenta

La historia del humor en la Argentina se remota a los periódicos políticos satíricos como Caras y caretas y El Mosquito, del siglo pasado, que fueron un deleite de crítica política mordaz y osada. Pero la historia de nuestro país, golpeado por dictadura tras dictadura, siempre complicó la existencia de las publicaciones de humor. ¿De qué se ríe uno? De lo que más le duele. ¿Y qué puede doler más que un gobierno militar de facto, que tortura, asesina, corrompe y roba? Los argentinos pasamos demasiados gobiernos militares, y el humor político, nos brindó alivio en los peores momentos.
Las revistas de humor nos brindaron un foro de encuentro virtual a todos aquellos que nos rebelábamos ante un presente espantoso. Vivíamos en tal opresión y temor, que no podíamos expresarnos libremente ni ante nuestros vecinos o compañeros de trabajo. Pero abríamos esas maravillosas revistas de humor, y encontrábamos cantidad de firmas inteligentes y seres ocurrentes que aligeraban la realidad. Comprar revistas de humor se convertía en una necesidad imperiosa, un desahogo, un alivio. Ahora que no hay revistas de humor en la Argentina, vemos con nostalgia aquella época en que dibujantes y redactores teníamos un lugar adonde expresarnos libremente y un público fiel que no dejaba de escribir cartas a la redacción, dándonos un feedback permanente acerca de la llegada de nuestra obra.
Entre revistas de humor liviano como Rico Tipo, de Divito, de tiras cómicas costumbristas, como Patoruzú y Isidoro -de Dante Quinterno-, o Mafalda de Quino, se destacó la primer revista contemporánea de humor político: Tía Vicenta.
Tía Vicenta pareció el 20 de agosto de 1957 y se cerró con la censura y clausura impuesta por el dictador Onganía el 17 de Julio de 1966, que se ofendió por la manera en que Landrú lo parodiaba como una morsa de enormes bigotes. En este período brindó nueve años de desopilantes ocurrencias con un formato bastante revolucionario para su época: se usaron por primera vez los fotomontajes y echó mano del humor absurdo que tenía éxito en teatros de revistas para aplicarlo al tema de la política argentina. Pero tal vez su característica más original fue que así como aún hoy todos los diarios y revistas tienen secciones fijas que siempre se encuentran en la misma página, Tía Vicenta fue una sorpresa cotidiana, cambiando secciones y estilos, y hasta cambiando la cubierta para parodiar a otras revistas de moda.
Su creador, Juan Carlos Colombres, apodado Landrú, se inspiró en su tía Cora para hacer un personaje central: una señora mayor que cree que sabe todo y responde a cualquier tema con gran autoridad, pero sin tener idea de lo que está diciendo, mientras explica todo con disparates mayúsculos. Otros personajes de Landrú eran: unas muchachas de la alta sociedad, patéticas de tan frívolas; Rogelio, el hombre que razonaba demasiado; el señor Porcel, un exquisito personaje que se debatía en disquisiciones delirantes que lo situaban en un plano distinto de realidad.
Tía Vicenta no poseía un humor corrosivo, sino casi infantil, pero de todos modos era demasiado atrevida para esa época de obligados silencio y eufemismos. Por Tía Vicenta pasaron maestros de la pluma y del plumín como Oski, Sábat, Garycochea, Faruk, Vilar, Copi, Gila, Conrado Nalé Roxlo, Siulnas, Gius, Brascó, Quino y hasta María Elena Walsh. Mucha de su gracia residía en burlarse de la pretendida elegancia del argentino típico, categorizando por clase desde comidas hasta formas de expresión, cayendo en el paroxismo de ridiculizar al esnobismo con listados completos de "Lo que debe decirse" y "Lo que no debe decirse", y abundando en superlativos como "elegantísimo" y "bochornosísimo"en absurdas guías del savoir faire de la alta sociedad argentina.
Su récord de ventas fue de medio millón de ejemplares en 1966. Desde la fecha de su clausura, Landrú intentó resucitar Tía Vicenta en dos intentos frustrados como suplemento humorístico de periódicos.

viernes, 24 de octubre de 2008

De Exposicion




Carolina Moadeb (Caro Chinaski)
Nacio en Bs.As. en 1975.
Historietista, ilustradora y artista plastica autodidacta. Expuso sus obras mayormente en Argentina (CC Recoleta, CC Borges, Galeria del infinito, Espacio 6.0), asi como también en Mexico, España y Alemania.
Actualmente ilustra para el diario La Nación (ultima pág.), trabaja en el equipo de color de un largometraje de animación argentino y realiza historietas e ilustraciones para 5 revistas de "lifestyle".
Es editora de arte editorial de dos revistas especializadas en moda/tendencias. Autora de arte del proximo disko de Alika & Mad Profesor (Ariwa Records) y de cuatro artes mas para la industria discografica.
Colabora para fanzines de Argentina, Chile y EE. UU.. Mantiene su pagina semi autobiografica "Oh-no" que lleva mas de cinco años. Integra los colectivos de historieta "Historietas reales" y "Chiks on comics", este ultimo en ingles pues reune artistas de Aregnetina, Colombia, Holanda y Alemania.
Pinta en la callesin pertenecer a ningun colectivo, desde 2005 hasta la actualidad (cuando tiene algun espacio de tiempo disponible y alguna pared muy tentadora). Ha publicado su primer libro de historietas "Indecentemente cursi" por la editoria Domus en Argentina, y en marzo de 2009 la editorial Planeta publicara un compilado de sus ilustraciones y textos.